Camila Jaramillo Salazar
21 de may de 20203 min.
Actualizado: 20 de dic de 2020
La verdad estoy cansada de que las personas digan que el mundo va a cambiar después del COVID-19. La verdad es que hoy solo hay preguntas que nadie sabe responder: ¿cómo se originó el virus?, ¿cuánto durará el aislamiento?, ¿cuándo estaremos todos vacunados?, ¿qué pasará con la economía?, ¿qué será de EE.UU y China?, ¿seremos más sostenibles?, ¿tendremos una revelación espiritual después de esto? No sabemos nada. N-A-D-A. Acepto que la situación durante este año me generó angustia y ansiedad. Esta incertidumbre logré conectarla con un tema que me apasiona desde hace unos años: la eutanasia y el derecho a morir dignamente.
Pensar en el fin de la vida es un acto de responsabilidad con la vida misma. La muerte, en la mayoría de casos, no es un instante. Por el contrario, son días, meses o años de diagnósticos y dolores que no todos estamos dispuestos a vivir. El problema es que solo nos vemos obligados a pensar en este escenario cuando estamos realmente enfermos. No es necesario esperar para tomar decisiones.
Valoro tomar decisiones sobre mi cuerpo. Valoro la independencia y autonomía con la que tomo decisiones. Valoro que no me duele nada. Valoro poder bañarme, vestirme, entrar al baño, comer y moverme sin la ayuda de nadie. Valoro no tener que estar en un hospital. Valoro tener cierta seguridad sobre el estado de mi salud para poder hacer planes. Valoro despertarme todos los días y poder hablar con la gente que quiero y expresar lo que pienso. Valoro vivir una vida sin sufrimiento físico y psicológico.
2020 es un gran año para pensar en el fin de la vida. No solo porque como humanidad nos vemos enfrentados al hecho de que la vida tiene fin, sino porque la mayoría seguimos sanos para hacerlo. Hoy estoy sana y por eso estoy en el mejor momento para pensar en la muerte. Puedo hacerlo con claridad, sin la presión de un diagnóstico y con la posibilidad de hablarlo con los que me rodean. Lo que valoro de mi vida permanece, sin embargo, existe la posibilidad de que llegue alguna enfermedad terminal que me haga sentir dolor.
Les invito a que piensen qué valoran de estar vivos y si es una posibilidad para ustedes diligenciar y firmar este Documento de Voluntad Anticipada (DVA) que DescLAB ha diseñado para tiempos de Coronavirus.
Entra a #TomaElControl de DescLAB y consulta toda la información sobre el derecho a morir dignamente en Colombia para tomar decisiones anticipadas. Reflexionar y hablar en la mesa del comedor sobre el DVA para Coronavirus (SARS-CoV-2/COVID-19) es un primer paso para pensar en cómo imaginamos el fin de la vida.