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  • Marta Castro y Ana María Henao

Los sistemas de cuidado con enfoque de género: una iniciativa necesaria

El mes pasado tuvimos la oportunidad de visitar la Manzana del Cuidado de Manitas en la localidad de Ciudad Bolívar en Bogotá. Gracias a la disposición del equipo de la Secretaría Distrital de la Mujer, pudimos conocer los servicios y la experiencia de las mujeres que acuden a este espacio.


Bogotá es una de las pocas ciudades en América Latina que cuenta con un sistema de cuidado. ¿Eso qué significa? En la práctica, esto se traduce al reconocimiento del cuidado, como fundamental para el sostenimiento de las familias, las comunidades, las sociedades y el Estado mismo. Cuando se piensa en un sistema, se piensa en una multiplicidad de actores que comparten un mismo objetivo. En este caso, el Sistema Distrital del Cuidado tiene tres objetivos: 1) reconocer la importancia de las labores del cuidado realizadas -en su mayoría- por mujeres; 2) redistribuir la carga excesiva de trabajo del cuidado de manera equitativa entre todos los miembros de las familias; y 3) reducir la sobrecarga y sus impactos en la salud física y mental de las mujeres cuidadoras.


Las manzanas del cuidado son espacios en donde las mujeres cuidadoras pueden acceder a la oferta de programas destinada para ellas, mientras las personas que requieren cuidados también pueden acceder a otros servicios. Nueve de cada diez mujeres en Bogotá realizan trabajo de cuidado sin remuneración. Por esto, ofrecer una oportunidad de relevo, descanso y formación a mujeres es un aporte del gobierno local para cerrar las brechas de género y retar la división sexual del trabajo.


En las manzanas del cuidado están presentes 13 sectores o entidades de la administración distrital en el mismo lugar. Este primer punto es sin duda un gran esfuerzo para el Sistema de Cuidado al lograr que las entidades se articulen en un mismo punto para responder a las necesidades de la comunidad. Además, estas entidades se comprometieron a ofrecer sus servicios con enfoque de género.


Asumir la respuesta articulada y orientada por el enfoque de género, implica el reconocimiento de que las mujeres tienen cargas desproporcionadas de labores de cuidado. Así mismo, se reconoce que dicha carga sostiene la brecha económica, pues son trabajos no remunerados que, además, generan mayores impactos en la salud y el bienestar de las mujeres y por esto merecen una respuesta coordinada.


En las manzanas del cuidado, las mujeres cuidadoras cuentan con espacios de autocuidado como, por ejemplo, realizar actividades de ejercicio físico. Muchas de ellas expresan que valoran contar con espacios para cuidarse, mientras las personas que ellas cuidan también acceden a protección y servicios.


Con la puesta en marcha del Sistema Distrital del Cuidado en Bogotá, se da un mensaje importante: el sostén y cuidado de la vida nos corresponde a todes, puesto que vamos a requerir cuidados en algún momento de nuestra vida.

Después de nuestra visita a la manzana del cuidado, nos quedan algunas preguntas:

  • ¿Qué significa el sistema de cuidados para el reconocimiento del cuidado como derecho?

  • ¿Las personas que requieren cuidados cuentan con canales de participación activos para proponer y dar seguimiento a las políticas públicas dispuestas para su atención

  • ¿Se trata de una iniciativa que tenga un carácter transformador en el largo plazo?

  • ¿El sistema nacional del cuidado tiene como base este mismo esquema?

  • ¿Cuáles sectores sociales quedan por fuera de estos sistemas de cuidado?

Sabemos que la transformación social sobre el cuidado no se resuelve de manera rápida, ni tampoco es responsabilidad exclusiva de un solo actor. Los cuidados deben ser una responsabilidad compartida entre las familias, la sociedad, los gobiernos y el Estado. Por esto, al reconocer la importancia de los sistemas de cuidado con enfoque de género, debemos seguir reflexionando sobre lo que implica el cuidado para todes.





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