Tengo cáncer: ¿qué debo preguntarle a los médicos sobre las opciones en el fin de la vida?
- Lucas Correa
- 14 ago
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Recibir un diagnóstico de cáncer no significa automáticamente la muerte, pero ignorar las opciones que tenemos para decidir sobre el fin de la vida y sobre el derecho fundamental a morir dignamente puede ser perjudicial. Así cómo es una buena idea preguntar por cuán avanzada está la enfermedad, cuáles son las opciones de tratamiento disponibles, las posibilidades de éxito del tratamiento, los efectos secundarios, entre otras; también es normal y válido preguntar por las opciones sobre el fin de la vida y sobre la muerte digna, esto no significa darse por vencido, ni rendirse, ni perder la batalla.
La primera pregunta que vale la pena hacerle a los médicos es por los cuidados paliativos. Le sugerimos indagar qué pasa si la enfermedad avanza y genera dolor y sufrimientos, qué pasa si los tratamientos para la enfermedad generan igualmente dolor y sufrimientos. Vale la pena saber qué opciones hay disponibles, con qué especialistas consultar, qué medicamentos puedo usar, cuáles son los resultados de esos medicamentos para paliar el dolor, van a ser efectivos o no, van a tener efectos secundarios.
Pero los cuidados paliativos tienen límites. No todos los dolores físicos pueden ser efectivamente paliados, no todos los sufrimientos psicológicos y emocionales tienen un medicamento para resolverlos. Además, a veces los medicamentos y tratamientos empleados tienen efectos secundarios que la persona no está dispuesta a tolerar. Vale la pena estar informados. Los cuidados paliativos hacen parte del derecho fundamental a morir dignamente, no se oponen a los demás mecanismos y no son obligatorios.
La segunda pregunta que vale la pena hacerle a los médicos se refiere a la adecuación del esfuerzo terapéutico (AET), es decir, a la posibilidad de no iniciar los tratamientos que se ofrecen, a modificarlos en el camino, a suspenderlos temporalmente o terminarlos de forma definitiva. Es la persona que recibe el tratamiento quien decide hasta dónde llegar y esa posibilidad es un mecanismo del derecho fundamental a morir dignamente.
Pero para tomar este tipo de decisiones debemos estar informados, vale la pena saber qué tratamientos están disponibles, cuáles son sus posibilidades de éxito y sus efectos secundarios. Algunas personas deciden no comenzar el tratamiento, otras deciden cambiarlo mientras está en marcha, otras suspenderlo un tiempo o definitivamente terminarlo. Y sí, a veces esa decisión significa que la enfermedad va a avanzar más rápido y la muerte llegará de manera natural. Esta es una decisión que no siempre se toma de forma solitaria, vale la pena conversarla con los médicos que nos atienden, tener una charla franca y directa sobre lo que queremos y lo que no queremos y, que esa información conste en la historia clínica.
En estos casos es fundamental firmar un documento de voluntad anticipada (DVA). Algunas veces podremos nosotros mismos tomar la decisión sobre la adecuación del esfuerzo terapéutico, pero otras veces nuestra salud y capacidad de tomar decisiones puede verse disminuida y, sin un DVA, nuestras familia y red de apoyo no podrá ayudarnos.
Pero algunas personas quieren ir más allá y, por ello, la tercera pregunta está relacionada con la muerte médicamente asistida. Algunas personas quieren decidir cuándo y cómo morir; no quieren esperar a que su salud se deteriore, ocasionando sufrimiento incompatible con su idea de vida digna y, por ende, no quieren esperar a la llegada de la muerte de forma natural. La muerte médicamente asistida incluye tanto la eutanasia como la asistencia médica al suicidio, algunas personas quieren que un médico sea quien les cause la muerte, otras quieren hacerlo ellas mismas con su asistencia para lograrlo de forma segura, acompañada y protegida.
Esta no es una decisión menor que pueda ser tomada a la ligera, por eso es clave tener una conversación franca y directa con los médicos que nos atienden, preguntarles por cómo se hace la solicitud, cómo se tramita, qué valoraciones se hacen, cómo se lleva a cabo el procedimiento, si en la clínica u hospital en donde le atienden se hacen este tipo de procedimientos, entre otras dudas que pueden surgir.
Algunos médicos pueden ser más o menos abiertos a tocar este tema, pero es siempre su obligación brindar información sobre el tema, esto sin importar si están o no de acuerdo o si va en contra de sus creencias. Sin embargo, si cree que su médico no reacciona bien o no le brinda la información suficiente, busque otras formas de acceder a la información necesaria para conocer y ejercer sus derechos.