Equipo EscuelaParaTodos
¿Puede perder el año escolar un estudiante con discapacidad? 7 claves sobre la evaluación flexible
Actualizado: 7 feb 2020

Hay muchos mitos sobre la evaluación, la promoción y la reprobación de los niños y niñas con discapacidad en la escuela regular. Detrás de esos mitos, con frecuencia, se esconden estereotipos y violaciones al derecho a la educación inclusiva. Acá les contamos siete aspectos clave del Decreto 1421 de 2017 sobre la evaluación y la promoción, qué deben hacer los maestros y los colegios cuando se trata de estudiantes con discapacidad.
Clave 1. A los estudiantes con discapacidad hay que evaluarlos en condiciones de igualdad. No es cierto que los niñas y niñas vayan a la escuela solo a socializar, o a hacer amigos. A la escuela se va a socializar, pero también a aprender, a prepararse para la vida, a adquirir competencias, habilidades y conocimiento. Las altas expectativas son centrales. A los estudiantes con discapacidad hay que exigirles y motivarlos. También hay que evaluar su desempeño y, cuando no se cumple con lo esperado, pueden ser reprobados. Hay familias que creen, con frecuencia, que a sus hijos no se les puede exigir, y ven la escuela como un lugar al que sus hijos van solo a ocupar su tiempo, están equivocadas.
Pero hay que tener cuidado, porque esas altas expectativas, exigencias y motivaciones deben ir acompañadas de ajustes razonables y apoyos pedagógicos. De lo contrario, tendremos unas exigencias desproporcionadas y una falta de inclusión que terminarán por excluirlos de la escuela regular. Evaluar en condiciones de igualdad no significa evaluarlos de la misma manera que a los demás estudiantes. Hay maestros que reprueban a los estudiantes con discapacidad sin brindar los ajustes razonables y apoyos pedagógicos, esperando, muchas veces, que se cansen y se vayan, esto es una violación del derecho a la educación inclusiva.
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Clave 2. Para hacer una evaluación en condiciones de igualdad e inclusión, los estudiantes con discapacidad deben tener PIAR. Difícilmente la evaluación será exitosa y ajustada si el estudiante con discapacidad no cuenta con un PIAR bien hecho y aplicado a lo largo del año escolar.
Es en el PIAR es el instrumento en donde se fijan los objetivos y metas que deben alcanzarse, sobre la base de ello deben elaborarse los informes de seguimiento (es decir, las notas que se entregan cada tanto). Con el PIAR se sabe, día a día, si el estudiante avanza en aquello que se espera de él. Tener un PIAR también evita el mito o el ruido innecesario que crean las evaluaciones flexibles o diferenciadas, pues al estar planeado y justificado, no dependerá de la voluntad del maestro, sino del ejercicio de planeación hecho para el estudiante.
Clave 3. No basta tener PIAR, los ajustes razonables y apoyos pedagógicos deben prestarse efectivamente, si fallan, fallará también la evaluación. De nada sirve tener un PIAR escrito, el documento debe estar vivo, los ajustes y apoyos deben ser reales, prestarse efectivamente. No hay que esperar hasta el final del año escolar, el PIAR y los ajustes razonables deben revisarse y replantearse, si es necesario, a lo largo del año. Los docentes de aula deben entregar los informes de seguimiento periódico (las notas) usando el PIAR, y si el rendimiento es bajo, deben intentar otros ajustes o apoyos, inclusive, replantear los objetivos y metas fijadas. El PIAR no es un documento estático.